Conoce y cuida tu piel gracias a las pautas expertas de nuestra dermoconsejera de Galénic

Si los ojos son el espejo del alma, podríamos entender que la piel es el terciopelo que la envuelve, que contiene nuestro ser.
De todos los órganos del cuerpo, la epidermis es el más versátil de todos. La piel protege de agentes externos, del calor y el frío, del aire y los elementos, de las bacterias. Es impermeable, se repara y lubrica a sí misma, incluso elimina algunos residuos del cuerpo. Y de ahí su gran importancia a mantenerla sana e hidratada para que luzca radiante.
En la Farmacia de Mata Espeso estamos muy concienciados con la cura exhaustiva de la piel, y por ello, a menudo contamos con el trabajo de Susana, nuestra dermoconsejera de Galénic.
Pero ¿qué significa ser dermoconsejera? “Mi trabajo consiste en dar consejos totalmente personalizados al cliente, desde cómo aplicarse una crema, hasta cómo limpiarse la piel, por ejemplo. Para ello, además de los estudios de cuello y rostro de los clientes, también realizamos talleres de maquillaje y otras actividades en las que tratamos de involucrarles”, explica.
Para conseguir un diagnóstico fiable, Susana utiliza una cámara de última generación que llega hasta las capas más profundas de la piel, para analizar la hidratación, las posibles manchas cutáneas, las arrugas y el acné; un examen con el que es capaz de realizar un consejo personalizado de cómo cuidarse la piel tanto en invierno como en verano.

Un rostro, unas necesidades específicas y personales

El resultado del diagnóstico es totalmente personal y específico a la persona que se está realizando el examen, una característica muy importante e interesante ya que no todos tenemos las mismas necesidades y exigencias. “No es lo mismo una piel seca, que muy seca, que grasa, que muy fina, o intolerante. Estamos acostumbrados a asociar la piel grasa a una piel gruesa y no tiene por qué, es más, las pieles grasas suelen ser muy finas y delicadas, y bastante intolerantes. También hay pieles mixtas con tendencia seca, o con tendencia grasa… Cada rostro es un mundo, y saber las necesidades de una piel nos ayuda a adaptarnos los productos de nuestra firma de Galénic, para darle el mejor asesoramiento”, continúa la dermoconsejera.

¿Podemos determinar nuestro tipo de piel con un vistazo en el espejo? La respuesta es negativa; es necesaria una observación profunda. “Hay manchas que sí que vemos a simple vista, pero con la cámara también se ve debajo de la piel, donde se camufla mucha mancha derivada de no habernos cuidado de jóvenes”, declara Susana.

Entonces, ¿a qué edad hay que tener un mayor y especial cuidado de la piel? La dermoconsejera recuerda que la hidratación es básica desde que nacemos, pero es especialmente importante estar atentos nuestra epidermis cuando hay un cambio hormonal, como en la adolescencia, donde pueden aparecer problemas de acné, de piel seca, debido a las alteraciones que está sufriendo el cuerpo.

La distinción de los productos exclusivos de Galénic, del laboratorio Pierre Fabre

Susana trabaja para el laboratorio de Pierre Fabre, que toma su nombre en honor al farmacéutico pionero en la dermocosmética dentro de la Farmacia. Dentro de estos prestigiosos laboratorios, la dermoconsejera trabaja con la gama alta de la dermocosmetología, de la mano de las firmas de Galénic y René Furterer Galenic.
“En Galénic somos creadores de fórmulas de excepción y nos llamamos precisamente así porque nuestra galénica es excepcional; el principio activo y la textura de la crema. Además, nosotros somos farmacéuticos, por lo que podemos atender también la parte dermatológica cuando hay un problema como dermatitis o cualquier intolerancia”, argumenta la experta.

Precisamente esta es una de las principales diferencias de la casa: “No somos un laboratorio cosmético, somos un laboratorio farmacéutico, lo que significa que también tenemos producimos medicamentos”.
¿Por dónde empiezo mi rutina diaria de belleza?
A pesar de que existen muchos tipos de piel, los pasos imprescindibles a seguir en una rutina de belleza diaria son siempre los mismos. “La base es la limpieza; si no limpiamos la piel es como si cogiéramos la crema y la pusiéramos sobre una bolsa, resbalaría. El rostro hay que limpiarlo mañana y noche, independientemente de si la persona se maquilla o no”, apunta Susana, que recuerda que hoy en día existen infinidad de productos para la comodidad del cliente: desde aguas micelares, espumas que se convierten en cremas, dos en uno, geles, leche y tónicos…

Después de la limpieza, Susana recomienda en uso de un ‘preparador’, que se encarga de hidratar y ‘repulpar’ la piel. “Lo que hace este preparador es humectarla y abrir los canales de hidratación de la piel. Por lo tanto, todo lo que apliquemos después va a tener una penetración mucho más amplia en la epidermis”, declara.

Una vez ejecutado este paso, llega el turno del contorno de ojos, que siempre se aplica en el hueso, y nunca dentro del ojo. “Tanto la ojera como el ojo no tienen músculo y evitar esa zona también nos ahorrará problemas de alergias, entre otros. El contorno, además, se encarga de delinear la zona, lo que evita que el sérum, que sería el cuarto producto a aplicar, no llegue a los ojos”.

Tras el sérum, se debe aplicar la crema que corresponda al tipo de piel y al momento, ya que también depende de la época del año; en invierno suelen ser más untuosas, en verano más ligeras.

Por la noche, tal y como explica Susana, los pasos a seguir serían los mismos: limpiarse la piel, contorno de ojos y, como consejo, la dermoconsejera nos recomienda el peeling encimático Beauté de Nuit, un détox que va a desintoxicar la piel, gracias a un activo potente que se extrae de la papaya, capaz de eliminar las células muertas de la superficie de la piel sin agredirla, que conseguirá que nos levantamos por la mañana con la piel renovada, resplandeciente.

Sencillos consejos que apenas te robarán unos minutos y que, sin duda, adorarás tras comprobar los resultados: 21 días de rutina se convierten en una costumbre.

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